Marxista Bizarro III:
En las series anteriores pretendían una
introducción hacia un camino personal al comunismo, los referentes e historias
de mi personaje en este sand box de un mal video juego llamado: Relaciones de
producción y distribución, tuvo que crackearse desde 1994 al escuchar la palabra
¨solidaridad” en la TV de cade abierta. En aquellos años el inicio de la etapa
de dominación real (lenguaje que prefiero al empleo vulgar y socialdemócrata de
“neoliberalismo) del capital sobre las relaciones humanas en México, comenzaron
a abrirse paso de forma acelerada.
Mis padres por esos años pese a ser trabajadores ya se notaba la
privatización de muchos rubros, incluso el trabajo precario que refiere a la
falta de seguridad social, vivienda, pensiones de jubilación tendrían sus
primeros golpes con el Fobaproa. Mi madre era trabajadora de la salud hasta que
nació mi hermano mayor. Mi padre fue tablajero desde que llegó a la ciudad en
la gran migración de los años setentas y ochentas del campo a la ciudad. En ese
contexto nací y crecí. El inicio de una forma de socialización basada en la acumulación
de capital en su etapa del trabajo muerto y ficticio. Donde los créditos/réditos
mantenían todavía estable una clase media cada vez venida a menos. De eso dependía
mucho que en esos años la educación privada para sectores de clase media baja
pudiera mantener a algunos de sus miembros en ellas, en mi caso mi hermano
mayor en Lasalle, mi hermana y yo en escuelas públicas.
La caída de la clase media en México que se mantuvo todavía estable hasta
el sexenio de Fox y Calderón, comenzó a tener su contra piqueteo, el New Deal
al ser reemplazado por la reestructuración capitalista seguida de la derrota
del proletariado desde 1968 pasando por 1977 y culminando con la disolución de la
URSS (mito del marxismo). Estos periodos marcan de una u otra forma el
desarrollo de mi infancia hasta la edad adulta.
La década de 1980 y 1990 el flujo del capital y las mercancías había alcanzado
un tope nunca antes visto en la acumulación capitalista mexicana, el marxista
Ernst Mandel la definió como “la tendencia del capitalismo tardío” el ensanchamiento
del sector terciario que refiere al consumo y los servicios.
Esto también implico el cambio cultural en términos de Deleuze y
Baudrillard en términos de la desterritorialización de sector productivo a
otras localidades, hasta las formas frenticas de la valorización por otros
medios como la nostalgia, el recuerdo, la melancolía, la representación, el
imaginario y la simulación (teorías nacidas de la sociedad del espectáculo de Debord
al que Baudrillard debe mucho). Más tarde Fedric Jameson llamara a este efecto posmodernidad
como un efecto cultural del capitalismo tardío y su lógica.
Este debate es sustancial dado que el cambio de época de la modernidad a
la posmodernidad, también se dio en periodizaciones como las de Jacques Camatte
que propone la perspectiva de la dominación formal y real del proceso de valorización,
no obstante, este autor también propuso otra perspectiva desde el punto de
vista del comunismo: La Gemeinwesen proletaria y las revoluciones a
titulo humano o de la especie. Lo que implicaba una superación de la teoría del
proletariado y su negación.
Esta periodización de la lucha de clases ha sido critica por el grupo que
gira entorno a la revista Théorie Communiste una de las máximas figuras
de la teoría de la comunización, junto con Gilles Dauvé o el grupo Endnotes,
la diferencia entre la dominación real y formal es la de la reestructuración
capitalista y la composición de clase capitalista, lo que significa el fin del
programatismo que se refiere a varias formas del movimiento proletario, en términos
de los siclos desde antes de Marx la fase democrático-radical, comuna, soviet,
consejo obrero, comité de fábrica, colectividades.
Estas representaciones del poder proletario tuvieron su fin con la
derrota de la guerra civil española en 1936. No obstante, el periodo
subsecuente a ello fue la extensión de la subsunción real, la fabrica se
convierte en toda la relación de producción del proletariado convertido a
obrero (Marx mismo hace esta distinción en El capital).
El periodo de posguerras mundiales, fue la confirmación de esas tesis, el
capital había alcanzado su forma más desarrollada las teorías del imperialismo,
no eran más que formulaciones provenientes de la perspectiva leninista de la “autodeterminación”,
el capital había ya alcanzado su dimensión histórico universal por primera vez.
De ahí que la forma política e ideológica fuera el democratísimo de corte
Norte Americano, que para los bordiguistas (los más lúcidos) eran el nuevo
centro de la contrarrevolución a escala planetaria y no rusia, ésta era una
forma capitalista atrasada que sucumbiría en el desarrollo propio de sus
contradicciones. El texto de Bordiga sobre su análisis de la economía rusa
donde emplea la teoría del valor es una muestra de ello, claro que no el único,
sin embargo, a diferencia de los trotskistas éste no veía un estado obrero
degenerado que podría rectificarse. Bordiga lo denuncio como un estado capitalista
débil y que terminaría de sucumbir en la competencia internacional y el mercado
mundial.
Eso solo mostraría el rotundo fracaso del sistema capitalista, lo que da
evidencia de ello fueron los constantes levantamientos en todo el mundo desde
1954 hasta 1977. Las tesis de esos grupos fueron indispensables para comprender
a mi generación el terreno en el que nos encontrábamos históricamente hablando
en la lucha de clases.
Obviamente para 1994 ya con la caída del muro de Berlín y la desintegración
de la URSS, la burguesía mundial daba signos de triunfo en todos los sentidos,
ergo era más bien la competencia entre burguesías enfrentadas con su
interpretación y practica del capitalismo.
El contexto de ese momento histórico para un hijo de la clase obrera, era
complejo, aquí la historia se vuelve particular e individual con características
colectivas y sociales, la vida de cada individuo no esta aislada de esos
grandes acontecimientos, sino que lo arrastran y los consumen a veces conscientemente
y muchas veces inconsciente.
Al cumplir 11 años comencé a trabajar, el dinero dejo de ser suficiente
para mi madre, teníamos gastos que no podíamos solventar como ropa nueva (comprábamos
de paca), rehusar cosas de mis hermanos mayores, vivir en la precariedad marco
mi vida, sobre todo por varias operaciones que tuvieron que realizarme debido a
que nací con una malformación congénita que se llama microtia, que consiste en
el poco o nulo desarrollo de una oreja o ambas, es una condición estética más
que funcional, dado que el oído interno se desarrolla completamente.
Desde los 6 años me empezaron a intervenir quirúrgicamente para “normalizarme
estéticamente” con cirugías plásticas. Esos años fueron difíciles, estuve mucho
tiempo en hospitales públicos y privados para corregir esa mal formación, me enviaban
al psiquiatra para hacerme resonancias magnéticas y saber mi estado cerebral,
al psicólogo para saber mi IQ, al dentista para que me recetaran aparatos
bucales y no se me desviara la cara debido a la condición congénita, por lo
regular se desvía la mandíbula a cierta edad. En mi caso no fue tan grave
debido a usar costosos aparatos por largos años.
En fin, la primera fue en 1994 en agosto, ese año se marco por el
levantamiento del ejército zapatista de liberación nacional, recuerdo a ver
encendido la televisión y ver las imágenes de la toma de los zapatistas. Después
ver comerciales del triunfalismo Salinista con sus programas “Solidaridad”
seguido del slogan “unidos para progresar”. La mayoría de la población sentía una
traición del salinismo, el “pinche pelón” recuerdo que tengo muy marcado.
Ese mismo año mi padre se fue de casa, quedamos en el abandono y el
ostracismo al cargo único de mi madre en todos los gastos, educación y
cuidados. Éramos tres, mamá trabajaba todos los días, mis hermanos mayores ya
iban solos a la escuela, yo me quedaba en casa encerrado, me resguardaban mis
abuelos para no salir a la calle que, en un barrio como Santo Domingo en Coyoacán,
antiguo Distrito Federal era solo para pelear con otros niños igual de marginales
que uno, creo era la forma de sacar tanta tristeza y soledad.
El estigma de ser de un barrio peligroso me a acompañado toda mi vida,
incluso cuando me relacione con chicas de clase media cuando sus padres preguntaban
donde había estudiado o donde vivía, yo respondía en tal escuela de Santo
Domingo, sus gestos eran simuladamente de miedo, asombro y desprecio, también descontento,
a veces ni lo simulaban.
Nacer y crecer en un barrio marginal creado por una de las tomas más grandes
de tierras en América Latina, también es algo importante de nombrar ya que la composición
de clase era proletaria por su contenido y forma.
Sobreviví a la primera operación, la más dura, en ese tiempo mi madre comenzó
a relacionarse con un antiguo amor, él era un tipo sensible, acababa de
regresar de estados unidos, con él conocimos el New Wave, el Post punk, el
rock industrial, el EBM, el Techno, el Hip Hop, Hevy
Metal, Glam, Italo Disco, Salsa, Cumbia, Bachata,
Vallenatos y un largo etc., en general el ambiente familiar la música
fue nuestro refugio.
La época del coleccionismo y la moda era figurativa y prefigurativo
recuerdo ir a las tiendas de discos de la ciudad sobre todo a las de zona rosa,
Polanco y la roma e insurgente sur tiendas como Discos Zorba, Discolandia
y Discos acuarius. Era una actividad familiar para salir del estado
emocional que dejo el vacío de la ruptura de mi madre, su pareja de esa época como
dije era más sensible que mi propio padre.
Cuando el asumió la responsabilidad entendí otras cuestiones en mi vida, la
paternidad no siempre es de quien te engendra y la responsabilidad afectiva no
siempre son de tus lasos sanguíneos y biológicos, hay una escala social y colectiva
del afecto, eso marco mi vida para siempre, dado que se puede crear vínculos duraderos
y solidos con personas que asumen ese sentimiento reciproco pese a muchas
cuestiones, tales como la consangueneidad, la raza o la clase, incluso hasta
cuestiones culturales.
Años más tarde la pareja de mi madre tuvo que migrar a Estados Unidos,
por tercera vez en su vida, ya que el dinero no alcanzaba ya en casa, el sueldo
de mi madre se desplomo por los suelos. Fue en esos años que empecé a buscar
formas de ayudar en casa, tenia 8 años.
Uno de los motivos que impulsaron a la pareja de mi madre a irse, fueron
mi estado de salud, las operaciones eran caras y venia la segunda y tercera. Estaba
físicamente cansado, mentalmente siempre tuve cariño de mi circulo familiar, complicado
sí, pero por cuestiones económicas que el propio capitalismo empezaba a dejar
estragos en mi sensibilidad y conciencia.
Cuando pude empezar a trabajar en cosas como estibador para una compañía cercana
a mi residencia empecé a cuestionarme cosas, como el tiempo de trabajo, el
salario y el dinero, sobre todo esta última relación era la que más me
conmocionaba, tanto por su falta y ausencia en periodos muy largos o cierta
estabilidad por el ahorro y esfuerzo compartido de la familia.
En esta empresa estuve trabajando intermitentemente hasta los 15 años, también
trabajé en la carnicería donde trabajaba mi padre, pero no soportaba la
humillación del patrón hacia su persona y comprendí que él no tenia la misma
dignidad que, por ejemplo, mi abuelo quien me crio una vez que mi padre se fue
y la pareja de mi mamá migro a Estados Unidos. Mi abuelo materno me mostró la
dignidad rebelde de un minero, también trabajo en fabricas y fue boxeador y en
su adolescencia lo adoptaron unas prostitutas dado que él fue despojado de su
herencia paterna y lanzado a la calle a los 10 años, prácticamente se crio en
la calle entre 1950-1960 en México. En esa época mi abuelo participo en las
cuadrillas de construcción del metro las líneas 1. 2 y 3.
En fin, a los 12 años escuché por primera vez en toda mi vida la palabra “el
fin de la historia y la lucha de clases” por un viejo guerrillero de mi
colonia, me empecé a juntar con su hijo dado que ambos pertenecíamos a un grupo
de lumpens de esquina, que se dedicaban al camelleo, la violencia y la
delincuencia juvenil de bandas marginales. Uno de los motivos que empecé a
juntarme ahí es sin lugar a dudas la soledad, la falta de vínculos solidos y la
vulnerabilidad que sentía. Ese gueto no resulto ser el más adecuado porque era
buscar peleas en otros barrios, varias veces nos libramos de tiroteos, algunos
no tuvieron suerte y los mataron o terminaron en la cárcel.
La salida a la delincuencia juvenil se debió a un choque tremendamente
profundo, el descubrir en la fábrica de chocolates de marca “Laposse” la
explotación infantil, la cual ya conocía, pero legalmente permitida dado que se
expedía un permiso por contratación de pedidos de vacaciones. Cosa que las
familias proletarias firmaban sin problema, era eso o que termináramos en la
delincuencia juvenil o las drogas, en fin, se podía hacer todo al mismo tiempo,
drogarse, trabajar en la fabrica de chocolates o en la empaquetadora de Colgate
o vender LSD, DMDMA, Ketamina o cocaína a la clase medieros aventureros o ricachones
envalentonados.
La sociedad capitalista en esta etapa destruyó la identidad obrera y con
ello las formas de resistencia que había creado como el apoyo mutuo, la solidaridad
(pesé al discurso del priismo de esos años), la autonomía entre otras características
que devinieron de la derrota del guerrillerismo obrero-campesino, no obstante, la
autonomía indígena no alcanzaba a reagrupar al proletariado en esas consignas.
Desde esa época comencé a ser sensible hacia ese tipo de cuestiones me
preguntaba por la existencia de ricos y pobres, de la miseria generalizada en las
violencias como el abandono familiar, los trabajos mal pagados, la explotación
y la diferencia entre uno y otros, viví desde esos años discriminación por mi condición
física y bulliying, cosa que supe trabajar tanto emocionalmente como físicamente,
tuve que entrar en el circulo de violencia para defenderme de otros.
Todo ese estado social me empezó a generar muchas preguntas y también ansiedades.
Ya años antes lidiaba con otra cuestión que se me olvidaba dentro de esta teoría
anecdótica, la muerte de mi tío por VIH, era algo muy tabú mencionar su
memoria, también por ello nos ganamos cierta marginación de la familia, tener
un tío sidoso era algo mal visto, sobre todo para el machismo higienista de esa
época.
Mi madre al ser enfermera técnica, nos sensibilizo en todos esos contenidos
nefastos de la sociedad, siempre ha tenido un carácter agudo para saber
manejarse en ese sentido, nos advirtió de las diferencias de clase, raza, me
preparo para enfrentar el abuso de la gente por mi condición física, en esos
años empecé a asistir al psicólogo por todas las operaciones que llevaba que
eran ya tres. Dentro de los diagnósticos de mi salud mental, dijeron los psicólogos
y psiquiatras que era un cierto grado de autismo, que por eso era algo retraído
y otras cuestiones que irían conformándose en mi carácter con la edad, como la
depresión crónica que apareció hasta la adolescencia.
Al mismo tiempo que la depresión se hacía sintomática por mi neurotipo,
comencé a percibir el mundo de otra manera, dado que también comencé a
relacionarme con el comité vecinal del viejo guerrillero marxista-leninista, al
mismo tiempo la influencia de una novia que tuve en esos años me alejaron del
grupo de amigos que a pesar de escuchar punk éramos más pequeños delincuentes
juveniles, ahí pude darme cuenta de la miseria del barrio, cuestiones como el
poder y el machismo, la violencia estructura y la simbólica, los grupos
facticos de los poderes gobernantes y la delincuencia organizada, la mafia del
estado y la calle en ese sentido fue como me empecé a sentir con rabia, ira y
mucha tristeza al mismo tiempo.
El gobierno y la delincuencia usaban de carne de cañon a los precarios
que por unos miseros pesos vendían su vida al mejor postor, como dije algunos
terminaron muertos o en prisión. Yo dejé ese mundo a los 12 años al descubrir las
ideas anarquistas e involucrarme en grupos antifascistas, antidrogas que venían
de la contracultura anarcopunk. Entre la preparatoria y ahí empezó la
aventura del activismo estudiantil, del cual me desentendí totalmente eran consignas
inmediatas, vivir en el barrio te hace ver otras cosas que algunos en esos años
no sabían, ya que provenían de extractos sociales diferentes, mientras ellos
peleaban por cuestiones culturales, algunos tomábamos la escuela para que a
otros hijos de proletarios igual que yo no les quitaran ciertas prebendas
estudiantiles.
Era ya en esos años anarquista, empecé asistir a diferentes reuniones y
actividades que giraban entorno a las cumbres y contra cumbres, más tarde vino
Oaxaca y Atenco, en esos años vi morir gente en las protestas, desaparecidos y
muchos otros torturados, tendría ya 14 años en esos años.
Todo este contexto me permitió comprender muchas cuestiones las primeras
fue hacer obvio la lucha de clases, en ella había mucha confusión dado que la derrota
del proletariado había adquirido, incluso, una dimensión de olvido, pese a todos
los libros de memoria histórica y genealogías de la clase, existía un elemento que
se perdía y era la -crítica de la economía política y el comunismo-.
Por esos años el activismo anarquista, globalifóbico, altermundista, autónomo
y demás subproductos de la contrarevolución reinante hablaban más de
democracia, libertad de expresión, integración o daños colaterales en términos de
los cambios que ha habido en la biosfera desde entonces.
Estos activismos eran de clase media, el contenido proletario solo era
empleado para que la reproducción de clase media continuara, de modo que
buscaban frenéticamente “movimientos sociales” o “actores” para treparse en
ellos como sanguijuelas, no era para más pues era la época de las Tink Tanks,
Ong´s. Ac´s y demás mitologías de la llamada “sociedad civil organizada”. Todos
los que se subían a este tren practicaban el arte de la manipulación, engaño y
estafa como nadie en la historia lo había hecho.
Estos rackets como todos en la sociedad capitalista en la dominación
real, buscan administrar, coordinar, gestionar, regular, clasificar la vida de
los explotados, sometidos, segregados, marginados, excluidos de la sociedad.
Esto se vuelve una mercancía política y un producto son las llamadas “políticas
públicas” donde los izquierdistas y progresistas liberales se dan la mano para
servirse a sus anchas con las miserias de todos los anteriores.
Esta tendencia fue general durante la década de los noventa y los años
dosmil, hoy en la segunda década del dos mil emergieron nuevas perspectivas que
se han denominado como neoreaccionarias y/o reacción progresistas, que son la
competencia entre liberales democráticos y liberales conservadores, al final de
cuentas de derecha, el tema es que todo esto ha marcado una tendencia creciente
en todo el mundo en planes de estudio universitarios donde cada cierto tiempo
con la “novedad” nos lanzan papers infinitos de viejos problemas.
Los años noventas y dosmil hubo paulatinas aceleraciones en la economía mexicana,
de ahí la derrota de muchas expresiones des descontento, al mismo tiempo
emergencias de movimientos como la huelga de la UNAM de 1999 o la constante
influencia del movimiento zapatista organizado en toda la república, este
ambiente genero distintos militantismos y activamos a los que regresaré más
adelante.
El sexenio de Fox comenzó agudizar las contradicciones inherentes a la lógica
del capitalismo en su reestructuración, los servicios comerciales se ampliaron,
la distribución, circulación y consumo de mercancías empezó a abrirse cada vez
más, la especificidad de México en términos de economía es que tiene la capacidad
de producir alimentos, la canasta básica se mantiene en cierta medida estable
pero otros productos de acceso son los que se constriñen realmente, adquirir
una vivienda o rentarla se ha visto cada día más complicado, no obstante el
problema histórico del campesinado mexicano ya mostraba abiertamente la lenta y
paulatina degradación de sus condiciones, el fenómeno del narco no era nuevo ya
desde Lázaro Cárdenas hubo prohibición de los estupefacientes hasta en ese
momento legales, política empleada por Estados Unidos para regular la
producción de la metería prima para la fabricación de estupefacientes.
Esta política permitió el empobrecimiento del campesino que jamás logro
las demandas de la revolución mexicana, ni el estado post revolucionario, ni el
New Deal a la mexicana o el neoliberal pudieron regular. Por el contrario,
siguieron esa lógica de acumulación originaria que emplea -según Marx desde el
capitulo 24 al 34 de El capital- la violencia directa e indirecta, mencionare
solo tres características:
1)
La acumulación originaria que
implica el dominio, sometimiento, control del trabajo y la naturaleza por la
violencia organizada de los intereses de clase.
2)
El despojo sistemático
(competencia) entre terratenientes y jornaleros-asalariados o no, es decir
entre terratenientes y campesinos pobres.
3)
La violencia ejercida por la
relación de los intereses de clase y la forma social que toma el capital
ficticio en la competencia en el crédito/redito.
El sexenio siguiente, el de Felipe Calderón dejo claro este periodo que
la teoría revolucionaria ya había definido desde la década de los ochenta, el
capital en la fase de la reestructuración capitalista había logrado realizar la
dinámica capitalista general, ya expuesta por Marx deforma más teórica que
concreta, dado que las condiciones del siglo XIX no eran ya las del XX, sobre
todo postsegunda guerra mundial donde la subsunción real y formal se realizó,
para la reestructuración del siglo XXI el capital había realizado el capital
ficticio y la forma del crédito/redito, al tiempo que su fundamento y pilar -la
renta de la tierra- al cansaban la forma de especulación agraria.
Esto explica a grandes rasgos, lo que paso en México en ese sexenio,
grandes terratenientes comienzan a invertir su capital en la producción de estupefacientes,
los campesinos empobrecidos rentan sus tierras o las venden a estos consorcios de
empresarios y políticos que vieron la oportunidad de modernizar el campo por
otras vías.
La teoría de los rackets (mafias) en competencias por la
acumulación y producción del capitalismo dentro y fuera del “estado” desde Adorno
y Horkheimer y más tarde sistematizada por Camatte, se confirmaba una vez más.
En México esos debates eran desconocidos, el izquierdismo y ultraizquierdismo
desde el académico hasta el más militantista y guerrillerista seguían atrapados
en lecturas Marxistas-Leninistas y otras formas del marxismo como ideología.
La reestructuración capitalista se presento entonces como un momento de
apertura de las economías subdesarrolladas y atrasadas al libre mercado, la
condición dependiente generó otras tendencias y contratendencias del capitalismo
a nivel mundial en términos de la competencia entre potencias desarrollados y periféricas.
Al mismo tiempo entre estados más fuertes y estados débiles, el desarrollismo
como ideología democrática permitió que las luchas políticas fueran en el terreno
de las conquistas democráticas en el capitalismo, obviando que el marxismo que proponían
esto habían sido ya derrotado, el capitalismo integraba todas estas tesis y las
realizaba.
El campo revolucionario había sido opacado o extinto por la dinámica de
la seguridad mundial, regional y local, al tiempo que el discurso civilista,
ciundadanista y de los derechos humanos tendrían su auge, no obstante, la
sociedad capitalista y su ideología liberal estaría en jaque primero con la aparición
en escena publica de los atentados del Unabomber que sacudió a todo el
izquierdismo y segundo, seis años después el atentado a las torres gemelas en
2001.
Obviando que desde los ochentas hasta la fecha no han cesado los motines, revueltas, rebeliones, insurrecciones del proletariado en todo el mundo desde Afganistán, Irak, Palestina, Ecuador, Chile, México, Argentina que de hecho lo que paso en 2001 también sería el ocaso gradual del triunfalismo “neoliberal”, el signo de época entre los revival de la autonomía obrera a la virulencia del proletariado ha comenzado a poner en entredicho las viejas formas de organización, muchas veces ya contra ellas. El proletariado en su fase no obrerista y sin alguna identidad que lo articule, la reestructuración capitalista también ha creado sus contradicciones en la etapa del capital ficticio.
Durante estos años había entrado a la universidad, en condiciones de
precariedad absoluta, tenía que trabajar y estudiar simultáneamente a veces
dejaba una por otra, nunca fui un alumno regular, sin embargo, siempre obtuve
buenas notas, pero las calificaciones no importan en una estructura mafiosa por
sí misma. La gente como yo nunca tiene un espacio real en la universidad, al contrario,
lo que obtuve siempre fue humillación, segregación y exclusión por parte de
toda la estructura social del ambiente cotidiano universitario, el
interclasismo democrático desaparece cuando un hijo de la clase proletaria
marca su distancia y siempre tiende a cuestionarse todo en esos espacios. No se
diga ya lo que supone ser pobre, precario, desempleado y con muchas
vulnerabilidades sociales que violentan sistemáticamente su reproducción
cotidiana como individuo.
La experiencia cotidiana de un proletario sin identidad en el siglo XXI
es compleja, sobre todo en una región como la mexicana y el contexto histórico que
implica, primeramente, soy hijo de la clase obrera histórica familia campesina
y obrera, segundo con la reestructuración capitalista el proletariado vino a
volverse masa superficial, que en ese contexto es donde mi experiencia es
significativa dado que comparto el proceso histórico con muchos jóvenes de mi
condición.
Esto implica por un lado 1) contextos de violencias estructurales,
subjetivas, objetivas, sistémicas, simbólicas (violencia intrafamiliar, abusos físicos,
sexuales o mentales -en algunos casos depende de factores, pero siempre en
confluencia y relacionalidad-, precariedad cultural, mental, espiritual, pobreza
económica y emocional, entre otros factores). 2) La descomposición de los
fundamentos del trabajo asalariado a nivel mundial que implica la pauperización/lumpenización
del proletariado a escala global y planetaria, 3) Las dinámicas históricas
coloniales e interclasistas (relaciones referidas a diferencias de clase, cultura,
raza, etnia, etc.) y 3) La dinámica de violencia histórica de la
masculinización del capital hacia el proletariado (exigencia de los roles sexo genéricos,
heteronorma, etc.) que implica la reproducción del capital en el trabajo doméstico
y la disociación del valor, que implica la universalización del patriarcado
sobre todas las relaciones humanas independientemente del género, preferencia,
gusto, identidad.
Todos estos cuestionamientos tenían una relación constante con mi vida
personal y las practicas de los distintos militantismos y activismos que nunca
me terminaron de convencer, siempre eran tendencias liberales, democráticas, burguesas
y capitalistas de fondo las que se proponían.
¿Qué hacer? Me pregunte muchos años, me involucre en distintos grupos de acción
directa inmediata desde el punto de vista del anarquismo en sus vertientes
primitivistas e insurreccionalistas, me sentía más cercano a estas posturas que
a otras en esos años, sin embargo, después de leer Fifth Estate, Black
and Red y Earth First algunos editados por el marxista Fredy Perlman
pude llegar a las teorías de Jacques Camatte y su grupo Invariance del
que ya he hablado antes.
Acá es donde encuentro las teorías
de las izquierdas comunistas germano-holandesas e italianas, al tiempo que leía
y releía a Marx, en esos años tenia ya 22 años, había roto con el anarquismo ideológico
y casi todas las tendencias, me acerque al debate de lo que los rackets
ultraquizquierdistas llaman “el medio proletario”. Las teorías y practicas del
ultraizquierdismo histórico dejaron de tener sentido desde el anarquismo,
comunismo, consejismo, bordiguismo, situacionismo, autonomismo, poder obrero,
etc. Por lo que la situación de la época era otra y se debía enfrentar desde la
realidad que se vivía, ahí encontré respuestas.
Esto me acerco a otras tendencias como las de Théorie Communiste, Dauvé,
Camatte, Cesarano y el grupo Endnotes. Grupos que provienen de grandes
debates y síntesis de la practica del proletariado antes, durante y post reestructuración
capitalista, lo que comenzó a crear en mí una necesidad de ruptura con todo lo
anterior, ya que el tiempo en el que nos encontrábamos lo necesitaba y exigía.
La teoría comunista comenzó a tener sus avances y retrocesos en muchos
casos, algunas de formas muy obscuras que justificaban practicas nefastas y
otras que pretendían purificarse sin comprender las contradicciones de las que
forman parte, el antagonismo y el conflicto en una época tan dispersa, neurótica
y esquizoide implicaba dar cuenta de lo siguiente:
1) La producción de las relaciones capitalistas en el siglo XXI.
2) La reproducción de clase capitalista entre el proletariado, la clase media
y la burguesía.
3) La influencia que estas ejercían al nivel de la vida cotidiana, esto es el
lugar que cada individuo ocupa en su reproducción de clase y a partir de ello
replica las tendencias de la separación, división, aislamiento, segregación,
exclusión que el propio capital crea sobre la humanidad.
4) Si bien el capital era una fuerza impersonal que se personifica de vez en
cuando en sujetos como el terrateniente, el capitalista o el proletario (Marx
sobre las clases) ¿Qué sucedía con las clases intermedias y subclases?
5) Entender las relaciones capitalistas de producción para situar la
perspectiva comunista emergente en términos de una contradicción en movimiento,
esto es como movimiento real donde hay individuos concretos, seres de carne y
hueso.
6) ¿Cómo unir lo separado? Esto es entre las formas del comunismo inmanente,
inmediato en la vida cotidiana en un proceso de contra revolución, estos entre
vida individual e historia colectiva en el modo de producción.
7) Lo inmediato como conflicto y contradicción con la socialidad capitalista,
burguesa, moderna, occidental y patriarcal, es decir encontrar los puentes a partir
de la teoría de la diferencia y la brecha de Théorie Communiste con respecto a
que en la sociedad capitalista los sujetos también sienten las relaciones de
producción en términos sensitivos, emocionales, preceptivos, cognitivos.
8) La ruptura y disociación entre subjetividad-objetividad que ha traído en
consecuencia aberraciones vanguardistas, diferencistas, profunditas, iluministas,
pedagogías, emotivistas y sensibilistas.
9) La reproducción de clase y la reestructuración pasan por un momento de la
lucha de clases a nivel sensitivo, la ruptura como movimiento real implica el
involucramiento de sensibilidades que más allá de las relaciones materiales de
existencia, pasan a su critica en las condiciones subjetivas de existencia, también
entredichas.
10) Esto confirma la tendencia cada día más evidente de la disolución de las
identidades subjetivas, creando más individuos esquizoides, la forma del
capital ficticio por fin ha tomado su cuerpo por tanto las tendencias a la depresión
emergen como un conflicto no solo existencial o psicológico, sino material
entre la proletarización y el trabajo muerto y el capital ficticio que lo
genera.
11) Las tendencias crecientes al hedonismo, cinismo, egoísmo, individualismo,
narcisismo como lógicas de la propia socialización burguesa y capitalista en su
fase de capital ficticio y el trabajo muerto.
12) Las enfermedades mentales y las manías, perversiones como contenido de un
periodo psiquista del capitalismo, algunas expresiones tendientes a reforzar la
estructura subjetiva del modo de producción, es decir las maneras más brutales,
sádicas, perversas y destructivas del individualismo burgués.
13) El aniquilamiento subjetivo de elementos rupturistas por parte de los rackets
políticos y las relaciones de producción en general, obviando la influencia
de la sociedad capitalista sobre todos.
14) Las relaciones subjetivas e intersubjetivas como mecanismos de
reproducción de la lógica abstracta del valor, el contenido necrótico del trabajo
muerto y la espectralidad abstracta del crédito/redito en las relaciones amorosas,
pasionales, afectivas, emotivas.
Todas estas preguntas me las
he hecho en todo este tiempo, algunas las he tenido más claras que otras, inevitable
algunas tienen un carácter más colectivo y solo sus respuestas pueden venir de
un proceso de choque directo con el capital como relación social, desde todos
los frentes posibles, es decir las relaciones antagónicas, conflictivas y
contradictorias del comunismo como relación social que nace en las entrañas del
modo de producción.
En algún modo todo lo que podido expresar en este escrito
marco mi vida, durante mis 35 años que no me han pertenecido, sino al capital,
mi historia personal solo puede ser resuelta en la lucha de clases y con ello
todas mis preguntas, conflictos, malestares, precariedades, pobrezas y depresiones
tendrán sus debidas respuestas. Mismas que quizás provengan de un periodo de contrarrevolución,
pero en choque con él, sin afirmar su influencia y potenciando, de alguna forma
lo que siento que me emancipara: el comunismo.
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