¡No soy nada pero puedo serlo todo!
¡No soy nada, pero puedo
serlo todo!
All we ever wanted was everything
All we ever got was cold
Get up, eat jelly
Sandwich bars, and barbed wire
Squash every week into a day
Oh, oh, oh, oh
Oh, oh, oh, oh
The sound of the drum is calling
Sound of the drum has called
Flash of youth, shoot out of darkness
Factory town
Oh, oh, oh, oh
Oh, oh, oh, oh
Oh to be the cream
Oh to be the cream
Oh to be the cream
Oh to be the cream
Oh to be the cream
Oh to be the cream
Bauhaus « All We Ever Wanted Was Everything »
La lucha de clases es un proceso que prefigura
conflictiva y contradictoriamente el comunismo. Ninguna clase es y su pone ese
proceso, no hasta entrar en antagonismo con las determinaciones de clase
capitalista que es la reproducción del proletariado, la burguesía y los terratenientes
como clases fetichizadas por la forma mercancía.
La clase del comunismo es la autoabolición del
trabajo como premisa de la producción de la mercancía. La relación de clase
capitalista es la explotación del trabajo que unos vivan de su venta y otros la
compren para la irrefrenable y destructiva producción de mercancías.
El proletariado como clase histórica del modo
de producción no es abstracta, representa intereses concretos de clase que son
contrarios a la otra clase igual de alienada y enajenada: la burguesía. Esta ultima
rectora del modo de producción, la clase dominante.
La clase que vive de la venta de su energía física,
corporal, emocional, sentimental y mental no es una abstracción, es carne,
sangre y huesos, es un ser que come, caga, fornica, desea y hasta se deprime.
Un sujeto de carne y hueso que entra en el escenario de la historia en
condiciones sociales específicas: el proletariado clase dominada.
Las determinaciones más concretas son al mismo
tiempo las más abstractas ¿Qué quiere decir eso? Que lo más visible es lo más
omitido, lo que nos igual y aplana en la fantástica forma democrática del
ciudadano libre y emancipado de las fuerzas religiosas, omnipresentes aceptando
la ley jurídica, el estado y las leyes del mercado a las cuales no sometemos
sin más.
Todas esas fuerzas impersonales adquieren
representaciones concretas en intereses de clase, a los burgueses les gusta
hacer negocios y generar ganancias a los proletarios les crean manías como la
necesidad de comer todos los días ¿verdad? ¡Esas malas costumbres!
El mundo capitalista es una relación social
mediada por la forma mercancía, el trabajo asalariado, la explotación, el
valor, el plustrabajo, la valorización del valor, el crédito y la renta de la
tierra. Al entrar a la escena histórica los proletarios no tienen medios de
vida y de producción, poseen solo su cuerpo orgánico el cual se desgasta cuando
venden la energía humana a la producción de capital.
Ese gasto de energía en condiciones del siglo
XXI se ha extendido hasta el ocio, el deseo y las fantasías, toda mercancía satisface
necesidades son valores de uso y cambio al mismo tiempo da igual ver porno y
masturbarse (más allá de la moralidad o de la perdida de la sexualidad de la
sociedad narcisista) o comer en un restaurante con algún ser querido.
Lo que sucede es que los proletarios somos
explotados, nuestra sangre, carne y huesos se desgastan tanto como nuestros
nervios, sentimientos y estabilidad mental, sobre todo si eres mujer alguna que
otro se intentara aprovechar sexualmente, otra condición terrible del
capitalismo es la virilidad vigorizada de la producción masculina de dinero, se
afirma el cuerpo hombre en tanto que portador de dinero y mercancías ¡triunfo
de la masculinidad! Aquí entro en conflicto, siento asco, mis ganas de
rechazarlo todo, ser hombre es un fastidio.
Renuncio al trabajo, rechazo el privilegio y
desisto de mis roles sociales, no quiero ser proletario y aun menos: hombre.
Las exigencias son siempre las mismas poder, dinero, mercancía, consumo,
muestra de éxito tener una casa, un auto, una linda mujer que seguro me aburrirá
y la engañare o nos engañaremos. El aburrimiento de los roles sociales desde
hace mucho dejó de sostenerse, ahora son más ligeros, llevaderos al capitalismo
le gusta todo lo alternativo, también ¿entonces que hacer? Simplemente rechazar
esas relaciones, el trabajo, el poder o el privilegio te hacen tener amistades,
amor, cercanías ¿pero serán reales? ¿solo hay intereses materiales en las
relaciones? No siempre, claro, ahí es cuando emergen nuevas formas de relación social
y humana, consientes o inconscientes, pero están ahí, son una tensión.
Di que quieres que el trabajo desaparezca y
veras cuantos te reprimen dicho pensamiento, una de las ventajas del capitalismo
es que se ha interiorizado tanto en cada sujeto que hay un compromiso inconsciente,
una alucinación consensuada de la objetividad espectral. El capital les
moviliza, los hace despertarse, comer, reproducirse, soñar y amar. Hoy en día
muchos sueñan con mejores salarios, amantes con dinero o compañías económicamente
presentes. Lo que implica una conquista del capitalismo en cuestiones sensitivas,
emocionales, cognitivas y mentales. Si sus deseos no se cumplen la frustración,
la desesperación, el fracaso se combinan con el aburrimiento de sus relaciones enajenadas.
Rechazar la economía es el acto que niega todo
lo que nos ha impedido ser todo. Lo que significa que cada categoría de las
relaciones sociales del capital es construida para la separación, la individuación
y la fragmentación social, lo colectivo solo existe en el consumo o en la
comunidad material del capital: el trabajo, la explotación y la valorización.
Las relaciones humanas no son relaciones entre
personas sino entre lo que portan, es decir las categorías de la producción de mercancías,
el dinero se vuelve el vinculo entre amistades o amores, también crea envidias
y odios, el capital moviliza imaginarios y sensaciones. La separación estructural
y la jerarquía orgánica ¿Cuánto ganas? ¿Cuánto tienes? ¿Quién eres? La relación
social es impersonal en tanto que determinaciones concretas de intereses de
clase, es decir los individuos jamás se piensan de la forma en la que su propia
existencia les dice, lo realmente real de su relación de clase capitalista es
la que esos individuos son portadores de categorías del modo de producción capitalista
de forma subjetiva.
Un burgués se relaciona con un proletario por
la determinación del dinero, el salario pagado por su tiempo de vida que bien podría
usar en hacer el amor, en escribir un poema, leer una novela o jugar un video
juego. Los proletarios carecen de tiempo, su vida esta sujeta a la facultad de
trabajar. Por lo que la relación burguesa/ proletario es la explotación de la
vida como forma de extracción de valor, el gasto de energía humana.
La relación social tienen vinculaciones es un
acto un ejercicio, la reproducción de clase capitalista en la sociedad burguesa,
liberal y democrática es la de aplanar las diferencias, es común que se escuche
por las calles y en conversaciones de café o bares “no se trata de polarizar”
cuando la sociedad mercantil es la sociedad de la separación, real y
formalmente se efectúa en la relación entre proletarios y burgueses, no existe
democracia más que la ley del valor, la que permite que unos vivan de la explotación
y otros de la venta de su tiempo de vida.
Hoy en día es común ver jóvenes de clase
proletaria deprimidos, medicados y diagnosticados con algún grado de autismo
que tanto normies como izquierdistas tratan de asimilar o depurar de su
vida. La revolución del futuro se hará con depresivos, enfermos mentales,
autistas y toda la rareza de la sociedad que no ha sido recuperada e integrada sea
por el terrorismo o por el narcotráfico. Los dos correlatos del siglo XXI en mi
tesis de maestría que titula «Enfoque sociológico de barbarie: claves para
comprender la modernidad del siglo XXI» caracterice algunos tópicos sobre
la barbarización dentro de la modernidad, nunca estuvo fuera de su lógica por
más que la filosofía humanista e ilustrada y uno que otro marxismo antologista
buscara lo humano en ella. Realmente vivimos una gran y profunda crisis
civilizatoria en lo que no garantiza ninguna emancipación, pero tampoco la
cierra, la posibilidad siempre es una construcción, como todo: Social.
Las fuerzas abstractas del trabajo muerto en
la fase del capital ficticio, tiene una íntima relación con la depresión, la
tendencia generalizada entre ésta y las catarsis sociales pueden explicar
muchas cosas, los bombazos del culiacanazo o que cada día allá más jóvenes involucrándose
en el narcotráfico en lo que llame «el sicariado» forma formal de la dominación
real, ya que es una expresión de la reestructuración neoliberal del control del
trabajo y está en términos Marxistas siempre ha sido la facultad de apropiarla
por la violencia o los integrados a los rackets la empleen, esa es la función
social de la organización de la sociedad de clases, mantener el control de la producción
para la valorización del valor.
Toda esa gente que aparentemente estaba
segregada ahora esta integrada a la lógica del capital ficticio y el trabajo
muerto, el proceso material de la producción de la objetividad espectral es la mercancía
fuerza de trabajo y la tierra, sin embargo situemos la función corporal y
emocional en el proceso, los cuerpos racializados de poblaciones excedentarias
y lumpenizadas como la de los migrantes en México es una muestra de que el
crimen organizado opera como todo crimen capitalista: la aniquilación de masas excedentarias
que no pueden ni siquiera ya ser ejercito industrial de reserva, la paradoja es
que son ejercito formal armado, máquina nómada de combate ¿Quién diría que
Deleuze y Guattari se equivocaron en predecir la nueva lucha de clases
microguerrillera y que esta fuera más bien comprendida por las clases
dominantes? ¿Quién diría que la psicogeografía no fue usada por la burguesía en
la guerra del golfo, en Pakistán, Afganistán y ahora Palestina? ¿Quién diría que
Foucault ayudo con su teoría a crear mejores formas disgregadas de poder
disperso?
En ese contexto muchos que provenimos de
condiciones de precariedad, pauperización, pobreza la triple P, nos enfrentamos
a los remanentes de la subproletariazación, lo que significa y representa la
incapacidad de poder vender nuestra fuerza de trabajo, eso se debe a grandes
rasgos de la crisis del trabajo a escala planetaria, con ello emergieron economías
digitales que solventaban la vulnerabilidad económica en casi todo el mundo.
Las aplicaciones como Didi, Rappi, Über Eats
fueron alternativas ante la creciente perdida de empleos, seguridad social y del
salario. Al tiempo que otras aparecían en términos de la logística como Amazon,
Mercado Libre y otras aplicaciones de gestión de mercancía a domicilio, lo terrible
fue el proceso de Überización de la sociedad, sobre todo en el contexto de la
pandemia por la COVID-19 donde se generalizo el uso de dichas plataformas
digitales. No obstante la economía digital ha alcanzado formas de acumulación debido
a la renta de la tierra como el caso de la app Airbnb que ha
generado crisis en las grandes ciudades del mundo, ya que es más factible y cómodo
rentar a nomadas digitales que pueden ganar una gran cantidad de dinero estando
conectados a una laptop en cualquier parte del mundo, que lidiar con
precarizados que apenas pueden llegar a fin de mes en los trabajos que van
siendo cada día que pasa reemplazados por mejores formas de la producción.
Es
entendible que la crisis subjetiva del capitalismo detone enfermedades mentales
y la depresión, los precarizados sienten que su vida no vale la pena de ser
vivida sino tienen los insumos necesarios para vivir, se ganan la vida perdiéndola
muchas veces de manera real, suicidios, accidentes automovilísticos o
atropellados la mayoría de trabajadores de reparto efectúan su trabajo en
bicicletas o motocicletas, la civilidad del espacio urbano burgués también es
un espacio/privilegio que ocasiona muertes, mismas que no son pagadas o
reparadas por las aplicaciones digitales.
El
proletariado joven en memes de internet posteados en Facebook, Instagram,
ahora la extinta Twitter que paso a llamarse X por el rebautizo
de su dueño actual -Elon Musk- neoreaccionario pro ilustración obscura. La disgregación
de la conciencia de clase proletaria al final del siglo XX, fue la aniquilación
del movimiento obrero clásico. La inconciencia de clase del siglo XXI ha reestructurado
la subjetividad proletaria, muchas veces el uso del humor negro, la burla de
sus condiciones de vida o el chiste de tomar antidepresivos para sortear la
vida cotidiana, es un acto inconsciente de clase, pero al final de cuentas
proletario.
La
condición de no sentirse cómodo en el mundo, sentirse ajeno y enajenado, la no
pertenencia y la desterritorialización ya expuesta por Deleuze en capitalismo y
esquizofrenia, ha tenido una mutación los esquizofrénicos no han hecho la
revolución y se han plegado a la paranoia, misma que esta expresada como la
forma absoluta del poder dominante.
La
paranoia es la visualización imaginaria de enemigos por todos lados, la dispersión
como forma de control desregulado, descentralizado, hoy en día las fantasías anarquistas
son un chiste de mal gusto, la dominación del estado esta incluso en las ideas
más radicales y esnobistas de alternatas que predican la felicidad y la alegría
como forma de administrar la arrogante “resistencia”, la enarbolarían egocrática,
narcisista, hedonista y cínica esta en esas comunidades de la dominación informal
del grupo de afinidad, un racket que administra la subjetividad y la conciencia
de las clases medias pauperizadas, proletarizadas o lumpenizadas, de ahí que el
factor interclasista sea un limite y no duren mucho esas alianzas por la propia
reproducción de clase, ya que hay diferencias marcadas como la capacidad de
consumo, percepción de ingresos sean salarios o becas de instituciones académicas
o de arte. Es obvio que el factor interclasista sea parte del problema y no de
la solución. Muchas veces las estéticas de la marginalidad han llevado a
elogiar cuestiones tan aberrantes como la condición del espacio/gueto, la “cultura
popular” (como oposición a la “alta cultura burguesa”), modos de vida del “barrio”,
entre otras cuestiones que estriban en la falta de identidad y de critica a la composición
espacial de la configuración de raza, clase, género, en el barrio hay sicarios,
hay criminales, hay machistas, eso sí, empleados de otros que están más arriba
que ellos.
Por
lo que el espacio urbano burgués tiene dos dictiomas la primera el espacio del
lujo, el confort y la transparencia y la segunda la de la precariedad, la pauperización
y lo turbio. La misma moneda con diferentes caras. La clase media ha tenido un
papel fundamental para confundir más las relaciones de clase en dichos
espacios, creyendo que la reivindicación de la “estética de la marginalidad”
por sí misma es anticlasista, antiracista, antimachista, cuando es una palmada
o un mazapán en la cabeza de los subsumidos, humillados, marginados, excluidos
de la sociedad, por ello que el izquierdismo este entrando en una crisis de representación
en todo el mundo y ahora la derecha sea victoriosa, en cierta forma la lógica de
la alternancia entre facciones de la burguesía enfrentada en sus intereses sean
pugnas interburguesas, así que el proletariado siempre pierde y cada cierto
tiempo vemos llorar a los izquierdistas, progres, demócratas el triunfo del “fascismo”,
palabra muletilla de las corrientes socialdemócratas que traen consigo la
barbarie, siempre, esa es su función histórica.
Estas estéticas de la marginalización no
suponen que los sujetos que la reividiquen lo sean, la pose y el cliché de las
clases medias venidas a menos pretenden una apariencia/representación/simulación
de una condición social, el lumpen no es lumpen porque lo desee o el
proletario, sino que son una relación social portadora de vínculos, conexiones,
correspondencias y un sinfín de complejidades que implican la criminalidad, la violencia,
la reducción del otro, el sometimiento. Si bien los guetos tienen potencial
revolucionario, estos terminan consumidos e integrados por las lógicas del
capital en lo que se llama las Shadow
Economy.
La clase media tiene cierta responsabilidad de
que cada vez más proletarios se sientan ajenos a sus consignas, las fuerzas
represivas del progresismo son excluyentes y marginalistas, omiten y silencian disidencias
auténticamente proletarias lo que implica todo lo que son culturalmente
hablando, económicamente precarios, políticamente desentendidos ¿acaso los
proletarios que trabajan 8 a 12 horas tienen tiempo para leer o ver videos de hípster
snobistas que quiere corregir políticamente todo en youtube? De ahí que se
sientan más familiarizados con los influencers o con los jóvenes cantantes
de corridos tumbados. Misma cultura que la clase media se apropia para verse chick
y políticamente correctos en los lobbys de las tink tanks, ongs o acs
que cada día pierden recursos de los gobiernos tanto progresistas como
liberales, no es casual, son una gran farsa.
Ante esto los proletarios se sienten
confundidos, enojados, sus furias se auto consumen con su fuego interior, ese
impulso que lleva a romper cada vez más con las farsas de los especialistas,
los entendidos, los académicos, los snobs, los progres, los alternatas y toda
la fauna “iluminada” que quiere enseñar a vivir a la única clase que puede
romper la economía que les ha impedido serlo todo.
Cada día que pasa en esta realidad que asedia
la con la guerra permanente, la violencia generalizada y la indiferencia
descarada del consumismo democrático y humanista, los síntomas de rechazo se
presentan, como he insistido de forma inconsciente, que no esta equivocado, el
impulso irracional es la forma de la trascendencia de clase en la percepción y
la emotividad, los hieren los miles de pobres, nos lastima las imágenes de
asesinatos, los violenta la exclusión social, nos lacera la segregación por el
clasismo, el racismo, el machismo, nos transgrede la xenofobia, la transfobia,
la aporofobia.
Los jóvenes y viejos proletarios actualmente
libran luchas desde la sensibilidad, los grandes consorcios que los rechazan,
los lujosos centros de consumo que los segregan han sido quemados, robados,
estafados por un proletariado renovado, desde Francia, Inglaterra, Alemania,
Estados Unidos hasta Chile, Ecuador, México pasando por China, Afganistán y el
mundo árabe en general.
El proletariado en el siglo XXI tiene dos
enemigos que se han conformado en la barbarie el terrorismo y el narcotráfico,
las clases modernas siguen siendo las mismas burgueses, terratenientes y
proletarios, los dos primeros son los dueños del capital y la tierra que
siempre intentaran apropiarse del trabajo por la fuerza. La violencia
generalizada en México no se puede explicar sin esa relación. En otra ocasión desarrollare
sistemáticamente estas ideas.
No somos nada, pero
podemos serlo todo.
Hoy en día nuestra condición de clase es más
extrema, debemos de cuidarnos, protegernos, procurarnos de las inclemencias de
la sociedad de clases, aislar, segregar, excluir a nuestros hermanos de clase
es ponerlos en charola de plata a los caníbales de la burguesía y sus sicarios,
los orillamos a la depresión, la pobreza, la hambruna en el peor de los casos.
La lucha de clases del siglo XXI no necesita de partidos, sindicatos,
organizaciones formales e informales, de grupos de afinidad o de representación
política. De lo que sí requiere es la dimensión paradójica entre conciencia e
inconciencia de clase, lo que significa afilar nuestras emociones, sensaciones,
cogniciones desde nuestra vida cotidiana que es individual y que al mismo
tiempo es compartida con otros.
Sabernos en la historia de la sociedad burguesa
es romper la separación y aislamiento del sujeto democrático, liberal individuado
que solo se dedica a producir dinero, consumir mercancías y aislarse en su
precaria existencia en una abundancia relativa y unos escases imaginaria.
En ese sentido el proceso del movimiento
comunista como relación social que nace en el capital, es apropiarnos
mutuamente de nuestra historicidad, de saber las necesidades afectivas y
materiales de quienes nos acompañan en esta lucha, hacer más clara la contradicción
y diferencia de nuestras extracciones de clase, si queremos triunfar
primeramente debemos de reconocer lo negativo que hay de nosotros creado por la
sociedad de clases, es un proceso doloroso pero necesario, ya que en ello el
esfuerzo comunista se hará más claro, hay quienes no tuvieron las mismas
suertes que otros, el comunismo empieza reconociendo esas desigualdades y asimetrías
y comunizar nuestras existencias en todos los terrenos de la vida cotidiana. La
separación siempre es enemiga de la comunización.
¡No somos nada, pero podemos serlo todo!
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